viernes, 6 de abril de 2018

La Mansión entre el granito


La Mansión entre el granito.

La luz del atardecer pintaba de naranja la fachada de esta hermosa construcción, situada muy cerca de otra edificación emblemática, y siendo seguramente parte del complejo de la misma, esta magnífica construcción ve pasar el tiempo y languidece con el paso de las estaciones.
con un entresuelo mucho más robusto gracias al hormigón, y unas cubiertas aun en un estado decente, se erige en lo alto también de una loma, rodeada de un valle donde el granito es la roca imperante.
La quema de un vehiculo tiempo ha en sus inmediaciones fue la que disparó que en el canto del pico se impusiera una vigilancia temporal , (noviembre del 2016 con una búsqueda en internet rápida se saca toda la info de lo que ocurrió).

El interior con la luz cambiante del atardecer, Madrid al fondo tras sus ventanales, ya sin cristal alguno, el aire que se cuela por sus pasillos, la vegetación circundante y el silencio, ese silencio que hace que tu seas la mejor compañía de ti mismo, que hace concentrarte en lo que estás observando, deleitarte con cada vez que pulsas el botón de disparo de la cámara y buscas un ángulo mejor si lo hay, ese silencio en el que a veces tu corazón es el tambor que resuena en tu interior y que te da el ritmo de lo que el resto de tu cuerpo siente. Silencio en el cual tus pensamientos resuenan, se encuentran consigo mismos y se hacen más claros, silencio en el cual los problemas, lo ajeno a ese instante, lo perfectamente suprimible, deja de existir. 
La evocación de la época en la que el edificio floreció es omnipresente por los detalles de las chimeneas, los acabados interiores con techos en arco, las maderas de las escaleras y el suelo aun donde se conservan. La ausencia casi total de mobiliario, salvo en lo que queda de la cocina, con está aún esperando a ser otra vez encendida, es brutal. hace que un espacio diáfano cobre vida propia.

Las pintadas en las paredes contrastan con la ausencia de butrones gigantescos, al menos la búsqueda de metales preciados por parte de individuos sin escrúpulos no ha llegado a este paraje, los radiadores aun montados bajo las ventanas, y las barandillas aun en su sitio dan la esperanza de que el lugar pueda continuar así por largo tiempo.

Dejadme mostraros la Mansión entre el granito, acompañadme.




Imponente desde el exterior, en lo alto, con madrid al fondo, se erige esta fantástica mansión



Los exteriores con vigas de madera aún conservadas se bañan de la luz de atardecer.



Parte de la zona de la cocina, muebles en su lugar y alicatado conservado, se observa el detalle de la existencia de un enchufe, cosa extraña en este tipo de lugares.



Salon con su chimenea, la luz dibujaba fantástica la esencia de la sala.



cocina, aun se observa el fogón, la parte posterior está más vandalizada.



Uno de los muebles dedicados al almacenamiento.



Otro de los salones, chimenea a la derecha y radiador bajo la ventana, el invierno es frio en este lugar y en lo alto el viento sopla con más fuerza.



Una de las habitaciones con papel pintado en las paredes, el marco de la ventana aun aguanta los azotes del tiempo.



Los radiadores se conservan en casi todos los lugares, ese día no hacía mucho frío y daban la sensación de que aún funcionasen, pero era un espejismo.



La luz a través de las ventanas, un bello espectaculo, 
el sol pinta la estancia y la abraza con su calor.




Subida a la planta superior.... 
la madera de la escalera aguanta bien el paso del tiempo




Nada más subir la sorpresa, un bidón oxidado, 
de los que se usan en invierno para hacer un fuego y entrar en calor.... 



Escaleras a la parte más alta que había ahí?



Pasillo a las habitaciones abuhardilladas  el techo en arco me encanto nada mas verlo.



Los ambientes de las habitaciones superiores son diferentes en cada una de ellas




Quizás parezcan diferentes en altura, pero son dos ambientes distintos 
en dos estancias exactamente iguales.



Desde la entrada, Madrid al fondo, unas vistas privilegiadas



Las rejas oxidadas y afiladas y un marco de una ventana entreabierto.




La cocina, pareidolia de una efigie triste por el abandono.




Un periódico en el salon, la fecha es de 1988.



Detalle del periódico encontrado, El País.
En aquellos años la prensa escrita no pasaba por la crisis actual.



El coche que fue quemado, una lástima, 
debía ser precioso cuando conservaba su pintura.



la llanta aun esta en su sitio y el fuego no alcanzó el caucho de su cubierta.



Detalle del bloque motor, muchos de los elementos son identificables.



El jardín del frontal con la luz casi extinguida.
 Las vallas que delimitan la zona están en pie cumpliendo su función.



Una grúa en el lateral, no se el tiempo que llevará ahí,
pero el acceso para este tipo de maquinaria es difícil.

Gracias por haberme acompañado en este recorrido. ¡¡¡Os espero como siempre en la siguiente entrada del blog.!!!