sábado, 9 de septiembre de 2017

La Marina. El sanatorio más icónico de Madrid. Tercera parte.



El recorrido fue tranquilo, salvo en un par de ocasiones en las que tuvimos que parar y ocultarnos de la vista de las ventanas por escuchar ruidos en el exterior. Algunos de los chalets están realmente cerca de las instalaciones, lo que trae el sonido de la vida exterior a los pasillos vacíos y abandonados del sanatorio. La sugestión puede jugar una mala pasada en este caso ya que hay voces que se cuelan perfectamente claras en las diáfanas habitaciones, incluso en las plantas altas. El encanto del lugar es incuestionable, la madera de sus dinteles habla de una época más esplendorosa, pero ya extinta. Las vistas desde la parte alta de la sierra madrileña son espectaculares, habría que remontarse a los años 50 cuando comenzó su actividad e imaginar los pueblos de la zona aún no tan urbanizados para sentir la sensación de tranquilidad y aislamiento del sanatorio.




Lo poco que queda del quirófano con el sistema de iluminación destrozado nos da la bienvenida a una de los lugares donde la tensión entre la vida y la muerte era la normalidad en las intervenciones.



El cartel en el dintel de la puerta, Pintado sobre la madera.


                                        

Nos encontramos en una de las habitaciones con esta pintada, de lejos y por el color podría parecer algo macabro ....



      

Trapos y guantes manchados por el suelo no dan buenas sensaciones....




Caso resuelto, pintura roja, el tapón del bote utilizado en una habitación contigua junto con un guante lo aclaran todo. Pintadas como esta solamente aumentan la leyenda urbana acerca del lugar.




las escaleras contra incendios, puestas a posteriori.




Escalera de subida con un montacamillas a su izquierda y la cristalera en su frontal, para aprovechar la luz natural.




Una de las habitaciones, con balcón, ya que la idea y propósito primigenio de la construcción del sanatorio era la lucha contra la tuberculosis.




La zona de la derecha en la entrada parece ser una sala de espera o cafetería que en su dia estuvo delicadamente ornamentada.




 Bandeja de comida en el suelo cubierta del polvo de los años, aún se encuentran enseres de todo tipo usados en las instalaciones.




Quién o qué será esta niña?




Una sandalia del personal hospitalario olvidada, como si hubiera salido corriendo su propietario y se hubiera quedado  esta atrás en el tiempo.




Cámaras frigoríficas... 




Un pasillo en el que aun de dia sin la linterna no se hubiera podido avanzar dos pasos.




Lavaderos entre las sombras.




Instalaciones contiguas a las cámaras de frio....




Vista frontal de las calderas, el declive de estas es ya excesivamente evidente.




Una de las salidas a las terrazas superiores, una auténtica delicia para la vista el paisaje que puede observarse.




Aun están en las paredes los dispositivos de llamada a la enfermería...



¡¡¡Espero que hayas disfrutado, te espero en la próxima entrada del blog!!!!

Para cualquier duda o si quieres ponerte en contacto ...  raul.barranco.garcia@gmail.com

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